Nº V.

jueves, 24 de febrero de 2011

Enfados.

Cristales rotos llenan mi habitación, mi reflejo no puede verse solo la simple alma negra, dolida, arañada con los cristales. La emoción decide irse a otra habitación, nadie añora la tristeza, el odio, el pesimismo no se hayan en otras habitaciones. En la habitación de los conocidos abunda la felicidad, pero nunca se echó de menos a los sentimientos duros de tragar.

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